Los indicadores interanuales acumulan un año de declive para la actividad fabril.
La actividad fabril sumó así un año seguido con números en rojo. Desde que comenzó a fines de abril la crisis cambiaria, el nivel de producción de la industria fue en caída permanentemente e incluso alcanzó un pico de retroceso en diciembre, de 14,8%. La construcción, por su lado, comenzó a mostrar caídas interanuales en septiembre, por lo que lleva acumulados ocho meses de declive.
Algunos rubros industriales tuvieron derrumbes interanuales superiores al 20%, como en el caso de la fabricación de automotores, equipos de transporte y de muebles. Un poco más atrás, la industria textil retrocedió más de 15% junto a la metalmecánica y maquinarias.
Otros sectores tienen caídas más leves, lo que explica la desaceleración en el ritmo en que cae la industria manufacturera (8,8% en abril contra casi 14% en marzo). Alimentos y bebidas, por ejemplo, registró un declive cercano al 2% mientas que papel y madera, de 3%.
La construcción, a diferencia de la actividad fabril, no tuvo un repunte en la comparación intermensual, ya que cayó 0,3% bajo ese criterio. La elaboración de asfalto y de cemento volvieron a mostrar retrocesos, de 8,4% y 6%, respectivamente.
Los informes de Indec sobre industria y construcción incluyen un apartado con los resultados deencuestas a ejecutivos de ambos sectores para conocer sus perspectivas para los próximos tres meses. En ese sentido, algunas de sus respuestas marcan un clima menos desfavorable.
Por un lado, se redujo la cantidad de empresarios manufactureros que consideran que necesitarán desprenderse de parte de su dotación de personal. Mientras hace un mes era de 28,7% ahora pasó a ser de 26,8%. Esto implica que, todavía, uno de cada cuatro industrias recortarán su plantel.
Entre los ejecutivos de empresas de construcción, en tanto, un 32% de los consultoras cree que en las obras privadas la labor va a descender. Hace un mes, como comparación, ese porcentaje era de 50%. Entre los constructores de obra pública hay un poco más de pesimismo: el 52% cree que habrá menos actividad.