A un mes de las elecciones, el panorama político de la Provincia de La Rioja parece estar bastante claro. Más allá de lo que hayan dicho los resultados matemáticos –y el mar de dudas que hasta hoy sigue rodeando el escrutinio final-, el Gobernador comprendió que el Pueblo le envió un mensaje claro, exigiendo cambios claves en algunos aspectos de su Gobierno.
Luis Beder Herrera está actuando en consecuencia y -‘a su tiempo y armoniosamente’- va anunciando los distintos cambios que ejecuta en su equipo. La lectura de las urnas es inapelable: en el Interior de la Provincia el apoyo a su gestión es abrumador, mientras que en Capital el repudio a su Gobierno supera ampliamente a quienes lo respaldan. A veces la política es muy simple: teniendo en cuenta lo anterior, el Gobernador definió reforzar su equipo con referentes del Interior.
En esa sintonía hay que entender el nombramiento de Marcelo Del Moral (Intendente de Castro Barros) como Ministro de Desarrollo Social, en reemplazo de la ‘capitalina’ Tere Madera. Se espera que el mandatario chepeño Claudio Saul (o algún otro caudillo del Interior) arribe al Ministerio de Gobierno, ocupando el lugar de otro ‘capitalino’: Felipe Álvarez. Por su parte, el chiliciteño Fernando Rejal tendría garantizado su lugar en el Ministerio de Producción, que hoy está en manos del también ‘capitalino’ Alberto Paredes Urquiza.
Vemos, entonces, como tres áreas claves dejan de estar bajo el dominio de referentes Capitalinos para pasar a manos de líderes del Interior Provincial. Esa es la primer acepción que puede hacerse de los cambios del Gobernador en su equipo; la segunda apunta a la división de poder que pregona con dichos ‘retoques’. Hasta el 27O, existían dos Ministros Fuertes en el Gobierno; solo Néstor Bosetti y Paredes Urquiza podían jactarse de tener peso propio dentro del Bederismo.
Luego de las elecciones, se potenció la figura del Secretario General, equiparando –o incluso superando- el caudal de poder que ostenta el Ministro de Infraestructura. Beder confirmó -en cuanta aparición pública tiene- que no será candidato a Gobernador en el 2015; lejos de apresurarse a escoger un sucesor, abre el juego para que cada uno vaya forjando su camino. Es así que decide incorporar a Políticos de renombre en su Equipo, repartiendo el protagonismo que antes sólo se disputaban dos de sus funcionarios. Del Moral, Rejal y Saúl pelearán codo a codo con Bosetti y/o Paredes Urquiza, para consagrarse como el heredero más fiel del Gobernador dentro de su Gabinete.
Para más adelante quedará el debate sobre si es viable un Bederismo sin Beder como líder y candidato. Por el momento, el Gobernador se preocupa por garantizar la estabilidad de su Gestión y oxigenar su equipo para arribar al 2015 sin sobresaltos.
Quintela sigue su juego
El dicho futbolero dice que ‘equipo que gana no se toca’; si nos arrimamos al ámbito político, Henry Kissinger nos explica que “un líder político define su comportamiento de acuerdo a los resultados que va obteniendo en las elecciones”. El candidato respaldado por Ricardo Quintela (Julio Martínez) obtuvo una victoria apabullante en Capital. Consecuentemente, en los últimos días el Intendente y su espacio salió a profundizar los reclamos que vienen sosteniendo hace tiempo: Coparticipación, SAPEM y Minería.
Luego de una extensa reunión del Intendente con los representantes más importantes de su Gabinete, el quintelismo salió a marcar territorio y sostener su postura; no hay cambios significantes. La política Q se basa en tres ejes: Pedido de Ley de Coparticipación urgente debido al ahogo financiero que padece la comuna, fuertes críticas a las SAPEM por la Corrupción orgánica que hasta el mismo Gobernador reconoce (Agroandina) y enfática defensa del Medio Ambiente con un rechazo ineludible a la Megaminería (El Cantadero).
Para comprender cómo será la relación Provincia-Capital en los próximos meses, vale detenerse en una frase del Vice Intendente Armando Molina: “Las diferencias con el Bederismo se intensificarán”. No existen dudas en el Quintelismo: no habrá marcha atrás en estos tres ejes que se reclaman, y –a menos que existan cambios sustanciales en las políticas del Bederismo (poco probable)- el distanciamiento se mantendrá intacto.
En el Radicalismo la primera reacción post 27O fue cuidar la alianza con el ala peronista de Fuerza Cívica Riojana. La flojísima permormance de la fórmula Martínez-Vega en el Interior Provincial convenció a la UCR de que es imposible llegar a la Gobernación sin la ‘colaboración’ de Ricardo Quintela. La sensación palpable que quedó en FCR luego de los comicios es que Quintela cumplió con su parte (amplia victoria en Capital), pero Martínez NO (apabullante derrota en el Interior).
De esta manera, Julio Martínez y compañía entienden que la única forma de arribar a la Casa de las Tejas en el 2015 es teniendo como aliado al Intendente capitalino. Por ello se comenzó a ‘fogonear’ una especie de interna abierta entre Quintela y Martínez para decidir quién liderará la fórmula que competirá con el Bederismo. El radical estaría dispuesto a aceptar la vicegobernación; el Gitano no solo no la aceptaría, sino que cuesta creer que lleve como ‘vice’ a un Radical. La fórmula con la que sueñan todos los Q es Quintela-Bordagaray.
Igualmente, falta mucho camino por recorrer y en el ultra quintelismo solo se piensa en construir un espacio alternativo al Bederismo. “El objetivo es convencer al riojano de que somos una opción Diferente a la que propone Beder Herrera”, confió una importante fuente Quintelista a RiojaLibre. A su vez, luego del 27O una variable queda muy clara: El radicalismo sin la ayuda de Quintela no puede competirle al Bederismo. La variable inversa (quintelismo sin ayuda del radicalismo) no puede descartarse.
Los primeros pasos luego de un acto eleccionario son decisivos para advertir el camino que cada espacio escogerá para definir su futuro. Beder Herrera opta por cambiar ‘nombres’ sin hacer cambios sustanciales en sus políticas de Gobierno. Quintela profundizará sus reclamos. El caso de Martínez es más difícil de descifrar, al parecer ni él mismo está seguro de cuáles serán los pasos a seguir; su mayor preocupación parece ser cuidar la relación ‘amigable’ que sostiene con el Intendente capitalino.