La adolescente de tan sólo 15 años perdió la batalla con la muerte en la noche de ayer. Su deceso se registró a las 20:30 luego de que durante el día se le practicaran diversos estudios, entre ellos un electroencefalograma, que avisó la falta de actividad cerebral de la menor.
Luego de muchas dudas, sus padres optaron por no hacer la donación de órganos y tras el deceso el juez ordenó entregar el cuerpo a los familiares para darle cristiana sepultura.
En cuanto a saber realmente qué fue lo que ocurrió la noche del martes último en la cocina del comercio ubicado en calle Carmelo B. Valdés del barrio Matadero, en donde su madre la encontró tirada en el piso con una grave herida en la cabeza, no hubo avances y parece muy difícil que los vaya haber ante la falta de una autopsia que pueda aportar algunos datos que ayuden a develar si fue accidente o suicidio.
Si bien la causa está instruida como “Averiguación de hecho”, la Policía al decir del subdirector de Investigaciones, comisario Teodoro Gómez, estaba inclinada hacia la hipótesis del suicidio; pero para los padres de la víctima no había otra opción que no fuera la de un accidente, a raíz de que estaban convencidos de que su hija no sabía que la “lapicera” era un arma calibre 22.
En su dirección de Facebook, amigos y familiares se despidieron de la joven inmersos en el dolor y sin encontrarle explicación a lo ocurrido.