Redacción de RiojaLibre
Sin jugar, APU será un actor protagónico en Octubre. Es que con su ‘poder de silbato’, podrá cobrar a favor de uno u otro lado, redireccionando el caudal de votos que ostenta, y definiendo la elección. En 2015, cuando fue elegido Intendente logró cerca de 38 mil votos; en Junio de este año, sin ser candidato, con el peronismo dividido y con escasa participación en las urnas, la fórmula del espacio obtuvo 18.000 votos. Para otro artículo quedará el debate sobre cuál es la cifra real que APU puede ostentar como ‘votos propios’; para octubre, cualquiera sea el número, será decisivo para definir la elección.
En el paredismo ya se definió que no se presentará una alternativa electoral propia (sobre todo por la falta de estructura en el interior provincial), y en principio se presumió que el Municipio ‘jugaría’ para Cambiemos. Por la excelente relación de APU con el Gobierno Nacional, y la gran cantidad de obras y fondos que Nación envía directamente al Palacio Ramírez de Velasco, no había misterio alguno sobre la postura del paredismo.
Sin embargo, las internas en FCR y Cambiemos se profundizan día a día. La fisura Frigerio/Peña en Nación se potencia en La Rioja. El sector del Ministro del Interior es desplazado por el ‘peñismo riojano’ (Julio Martínez) en el armado electoral, y claramente APU es hombre de Frigerio, ya que es el Ministro del Interior quien le abre las puertas de la Casa Rosada.
Quizás como consecuencia de ello (Frigerio debió postergar su visita a La Rioja hasta que pase el cierre de listas), el jueves pasado se dio una foto que alimentó las dudas sobre la ‘ayuda’ de Paredes Urquiza a Cambiemos en las urnas: APU y Casas tranquilos y solos frente a la Residencia Oficial del Gobernador. Es cierto que Nación ‘alimenta’ al Municipio con obras y fondos, pero tan cierto como que Paredes necesita de los fondos que envía mensualmente Provincia para no pasar sobresaltos con el pago de sueldos y los gastos de funcionamiento.
Seguramente APU sacara rédito de la disputa entre UCR y PJ por sus votos en Capital, exigiendo tanto a Nación como a Provincia fondos y obras para la Ciudad.
Por otra parte, está el análisis político que se hará desde el Paredismo. A corto plazo parecería indicar que lo ‘más conveniente’ para el espacio es una derrota de la lista de Beder (sea o no candidato), ya que aparece como la figura más poderosa de la Provincia. Pero una derrota a Beder no lo ‘correrá’ del dominio del PJ, y potenciará la figura de Julio Martínez como máximo referente opositor al ex Gobernador. Si gana Martínez, asegurará su candidatura a Gobernador en 2019, enfrentando directamente a Beder; y APU volvería a quedar en la misma posición que ahora.
En cambio, una derrota de Martínez, borrará a Mashasha de la carrera hacia el 2019. Es cierto que una victoria del PJ hará más poderoso aún a Luis Beder Herrera, allanando su camino para volver a la Casa de las Tejas; pero la derrota de Cambiemos le daría a Paredes Urquiza la oportunidad de erigirse como único referente capaz de enfrentar a Beder Herrera. Con Mashasha derrotado, a Nación no le quedará otro camino que apostar por APU.
Falta mucho para Octubre, y muchas cosas (idas y vueltas) pueden pasar en el medio. Las PASO no parecen ser un termómetro serio en este sentido, ya que los ‘porotos’ se juegan en Octubre, y será esa la elección que marque el destino de los posibles candidatos a Gobernador en 2019.

