Redacción de RiojaLibre
Pasó un mes y diez días de aquel 7 de Septiembre donde se ‘cerraron las listas’ y se confirmaron las candidaturas. Ese es el tiempo que tuvieron los candidatos para persuadir al ciudadano de votar a su espacio, a su partido.
Ahora, con solo 8 días de campaña, entramos en una zona turbulenta donde suele imponerse la campaña sucia, las ‘operetas’, las fakes news, los ataques anónimos contra la persona y contra el político, que nada tienen que ver con una campaña electoral.
Las sinuosas maniobras políticas llamadas, en conjunto, “campaña sucia”, reciben y merecen el repudio de buena parte de la sociedad. La mentira, la adulteración de documentos, audios y videos o el insulto gratuito denigran el proceso electoral y erosionan la confianza en los políticos y en la democracia. Sin embargo, muchos espacios caen en estos métodos para lograr lo que no se pudo con ‘métodos limpios’: desacreditar al contrincante para acercar al elector al candidato propio.
Lamentablemente, algunos dirigentes creen que aquello que no pudo conseguirse mediante la persuasión, puede hacerse utilizando métodos espurios, metiéndose en cuestiones personales para generar el descrédito de la ciudadanía.
Entramos en un terreno donde las redes sociales se inundarán de videos y noticias falsas, de dudosa procedencia, compartidos y viralizados por Trolls.
El ciudadano deberá estar atento, sabiendo que estará expuesto a una recta final donde -lamentablemente- ‘todo vale’.

