Redacción de RiojaLibre
Ya es de conocimiento popular que el Gobierno de la Provincia sigue en poder de Beder Herrera. El papel de Sergio Casas como simple mandatario de la voluntad de su jefe político y ex gobernador es algo que los propios funcionarios advirtieron desde un primer momento, y comenzaron a frecuentar al “ex” para que les autorizara cada expediente o cada trámite. Luego se dieron cuenta, a la fuerza, los Diputados, cuando la orden vino del “ex” para unificar el bloque justicialista.
Después les tocó a los Intendentes, cuando la falta de recursos para sus Departamentos (porque la Coparticipación es un engaño del que se dieron cuenta desde Enero), sintieron la sugerencia de “ir al campo de Beder” para obtener los recursos. Finalmente, todos en la provincia saben que el Gobernador actual no gobierna, y que lo sigue haciendo el anterior.
La idea es mantener el poder, y nadie más funcional que Casas. Pero hay un problema. Casas no puede seguir siendo gobernador en el próximo período. Por lo tanto, Beder debe volver a ocupar el primer lugar, porque no hay nadie más en quien confíe, ni siquiera en su socio, ávido de poder personal.
Todo está armado en función de ese esquema. Pero hay otro problema: algunos no concuerdan con el plan. A todo el que se interponga en el camino hay que aniquilarlo, al estilo de Beder de siempre. Y el principal, sin dudas es el Intendente de Capital. Antes fue Quintela, combatido hasta su aniquilamiento político. Ahora es Paredes Urquiza. El objetivo y el método son repetidos, no dejar que levante puntos políticamente, para que no tenga chance alguna en 2019; y ahogarlo financieramente, sin matarlo, pero que no pueda respirar nunca.
El plan ya ha comenzado su ejecución. Desde las tinieblas de un aparente retiro, Beder digita cada situación. Cada mes el municipio de Capital recibirá menos recursos por Coparticipación. Los dos jueces del TSJ que “se reportan” emitirán fallos lapidarios para la gestión del Intendente; los medios de prensa “afines” (Fénix, El Independiente) llevaran adelante una campaña de desprestigio permanente, y los que no son afines tendrán que hacerlo también, porque si no, no hay “pauta” para sobrevivir.
Todo está aceitado, a lo Beder, para demostrarles a todos que nadie puede interponerse en su camino. Desde el gobierno consideran que así como liquidaron a Quintela, lo harán con Paredes Urquiza. Nada les importa las consecuencias en la gestión de cada gobierno, ni la reacción de los ciudadanos. Tampoco toman nota de los resultados electorales que tuvieron como consecuencia de estas estrategias. Lo único que importa es mantener el poder. La caja, por sobre todas las cosas.