Redacción de RiojaLibre
«Falta de ganas, de interés o de cuidado al hacer una cosa», define la Real Academia Española a la DESIDIA. No hay palabra más útil para sintetizar la Gestión de Inés Brizuela y Doria.
La madrugada de este miércoles, las bocas de tormenta tapadas con basura, impidieron que el volumen de agua que generalmente se escurre por el sistema alcantarillado del Centro, se sumara al que lo hace por las calles. El nivel del agua fue en aumento hacia los barrios de las zonas más bajas de Capital arrastrando vehículos y dejando abnegados barrios enteros. Los caminos que ya eran intransitables, se convirtieron prácticamente en vías navegables y los que estaban deteriorados, ahora serán intransitables.
En este punto, la decidía del Municipio no solo causa malestar en la comunidad, sino también perdidas. Por suerte esta vez son solo materiales. Se trata de negligencia por parte de la intendenta, como autoridad elegida constitucionalmente, sin embargo lo que no hay que perder de vista, es que esta negligencia tiene como origen sus definiciones político-partidarias.
Jamás Brizuela y Doria ha mostrado algún plan de Ciudad en lo que hace a sus rol desde municipio. Tampoco ha dejado funcionar el ámbito deliberativo, que es por donde se podría haber llegado siquiera a un esbozo en base a las necesidades que puedan plantear los concejales. Lo más probable, es que la Intendenta no tenga ningún plan. Pero tampoco ha mantenido la infraestructura existente.
El municipio tiene recursos humanos, económicos y logísticos para generar un plan y también para hacer el mantenimiento de la infraestructura existente ¿por qué no lo hizo?
La respuesta a esto es simple: todos los esfuerzos, iniciativas y recursos con los que cuenta la Intendenta, siempre giraron hacia un plan de acumulación de poder y funcional a sus compromisos con la oposición nacional del macrismo. Lo demás en su gestión es menos anecdótico.