A través de un pedido de informes, el legislador, que integra la Comisión de Defensa, reclamó precisiones sobre el cohete Vex 1A y, basado en informaciones periodísticas, señaló que “el vector despegó unos dos metros, pero en una fracción de segundos se estrelló, envuelto en llamas, contra el suelo”.
Según el diario La Nación, estimó que habría tenido problemas con los tensores neumáticos que sujetan el motor”.
Según reveló ayer el diario Clarin, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) había iniciado, sin hacerlo público, el programa de pruebas para el lanzador argentino Tronador II, un vehículo diseñado y desarrollado totalmente en el país para poner en órbita pequeños satélites que hagan cosas diferentes uno del otro, pero que puedan compartir servicios y a los que pueda agregárseles un instrumento o hacerles una reparación muy rápido.
Según trascendió, durante la prueba, el prototipo VEX 1A, el primero de una serie de seis, se habría elevado dos metros y habría explotado, secuencia que fue interpretada como un “fracaso”. Sin embargo, la Conae negó la versión y desmintió que la experiencia haya sido fallida: “El resultado ha sido positivo , dado que se ha verificado el funcionamiento correcto de todos los sistemas del VEX1A tomados por separado. Por motivos que aún se están determinando el despegue no terminó de concretarse”, explicó el organismo, que recientemente dejó de actuar en la órbita d ela Cancillería y pasó al Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido.
En un comunicado, la Conae dijo que “a pesar de lo que indican las versiones periodísticas, en ningún momento el vehículo explotó, simplemente cayó sin afectar la estructura de lanzamiento y sus partes ya han sido recuperadas casi totalmente, para poder realizar un minucioso análisis que nos proporcionará información valiosa para realizar las correcciones necesarias en los próximos ensayos.”
El ensayo se realizó en la localidad bonaerense de Pipinas, partido de Punta Indio, y la Conae explicó que seguirá adelante con estas pruebas, que son necesarias para poner a punto una ingeniería diferente de las que se emplean en otros países.
“Un lanzador de estas características requiere del funcionamiento coordinado de varios subsistemas, tanto del vehículo mismo como de Tierra -se indicó en el comunicado-. Cada componente o elemento de estos subsistemas se puede ensayar por separado, así como el subsistema en su conjunto, pero es imprescindible ensayar el conjunto completo, que pongan en escena tanto el segmento «vehículo» como el segmento Tierra y en diversas condiciones, para asegurar su robustez y confiabilidad.”
Cada uno de los vehículos experimentales permitirá probar varios subsistemas a costo reducido, antes de incorporarlos al lanzador final. “Aún para agencias espaciales y empresas con amplia experiencia en lanzadores, es habitual que para nuevos desarrollos de vehículos los primeros lanzamientos no se realicen de la manera esperada, por eso son experimentales”, afirma el comunicado.
Según los planes dados a conocer con anterioridad, el Tronador II será propulsado por combustible líquido, tendrá una altura de unos 30 metros y podrá poner en órbita, a unos 650 km de altura, satélites de entre 250 y 400 kilos. La base de lanzamiento estará en Puerto Belgrano. Esta prueba tecnológica indicaría que se está cumpliendo con el calendario previsto, que contemplaba el inicio de los ensayos para este año. Si todo sigue como estaba planeado, el lanzador final debería estar listo para 2016, aproximadamente..